¿Te acuerdas, viejo amigo?
Éramos tan jóvenes
que el planetanos quedaba grande
y nuestras manos
siempre sonrientes
bailaban rock
en los amaneceres.
Volábamos
en alfombras mágicas
bebíamos arcoiris
y cantábamos
el Himno a la Alegría
burlándonos del diablo.
¿Te acuerdas, compañero?
La muerte
era una fábula
inventada
por los curas
y la vida nos hacía llorar
de tan eterna que era.
Éramos sabios
como aquellos libros
escritos al alba
siempre al alba
y milagrosamente poderosos
como las araucarias
en los bosques jamás talados.
¿Te acuerdas?
Ian Welden (Chile, 1948-Dinamarca, 2013)
Fotografía de Ian Welden: Ian Welden visitando a su amigo Ture Andersen en 2011
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Melba, sé del dolor de la ausencia, pero sé también que nunca se va lo que ha quedado guardado en el corazón.
ResponderEliminarSiempre acudiré a la cita de Ian, como él sabe lo mucho que lo he valorado como artista y como gran ser humano, así que no lo dudes y puedes contar conmigo.
Abrazos y una linda semana
Querida amiga, el poema de Ian es precioso, lleno de vitalidad, de fuerza, de amor a la vida y a la amistad.
ResponderEliminarMe gusta el título: "La vida siempre eterna".
Llevamos en el corazón a los que nos dejan y así siguen vivos. Es lo que tenemos que hacer.
La semana pasada vi cómo se iba una tía mía, hermana de mi madre. Su vida se fue apagando poco a poco, como una vela. ¡Qué frágiles somos y qué fuertes, al mismo tiempo! Estos últimos meses han sido duros e intensos... ¡qué le vamos a hacer!
Cuidate mucho, amiga. Tienes a tu hija y a tu nieta que te necesitan.
Un abrazo grande!!! No me me olvido de ti.
La vida sin duda es eterna.
ResponderEliminarLa muerte es un cambio de tierra.
Un abrazo