Estoy
al borde del crepúsculo,
sin
embargo, aún puedo verme
en
el brillo de una mirada infantil,
en
los signos de interrogación que vomita el mar
y
en los jazmines azules de mi jardín.
Aún
puedo acudir a una cita
con
gorjeos de ruiseñor
y
estruendos de sal..
Vestir
la ropa que nunca lucí,
declamar
los versos que a fuerza de no escribirlos
fenecieron
en la tarde amarilla que te amé.
Estoy
al borde del crepúsculo
pero
ya puedo acudir
a la cita indeclinable
a la cita indeclinable
con
nuestra amiga en común:
Invitarla
a un café y a charlar
mientras
crecen los geranios
junto
a la lápida roja que me espera.
.
Fotografía de Ian Welden (1948-2013)