Uno de los escritores de actualidad cuya obra me atrae mucho es el periodista español Juan José Millás de quien un amigo me envió (en papel) su novela "Laura y Julio".
(Ver aquí lista de sus obras):
http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/millas/mundo.htm
Millás es columnista de El País:
http://www.naiandei.net/articulos/
y en su página oficial está publicando sus Articuentos,
http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/millas/articuento079.htm
página de la que extraigo el siguiente:
A partir de cierta edad vas en el autobús y oyes una palabra cualquiera: colcha, por ejemplo, y en seguida comienzan a desfilar por tu cabeza las colchas de tu vida. Quizá recuerdes las primeras, destinadas más al abrigo que al adorno: una de ellas tenía un tacto semejante a la que había en el último hotel en el que tuviste que hacer noche: un tacto áspero, como de un terciopelo descortés, grosero. Quizá no resististe la tentación de pasar la lengua por su superficie para recuperar el sabor del insomnio infantil, del miedo. Y si escuchas la palabra reloj recordarás sin duda aquel de péndulo que daba los cuartos y las medias y las horas enteras en la casa de tus abuelos, donde pasaste la escarlatina o las paperas.
A lo mejor estás en la barra de un bar y alguien menciona a tu lado la palabra pasillo; entonces, aun sin cerrar los ojos, se te aparecen los pasillos de tu vida: aquel por el que se deslizaban las campanadas del reloj de péndulo, mientras te tapabas la cabeza con la colcha para no oírlas cabalgar hacia tu cuarto. O aquel otro por el que a partir de cierta hora de la tarde comenzaba un tráfico intenso de fantasmas. Pero también uno en el que te extraviaste para siempre, del que a lo mejor no has salido. Y si piensas en ese vaso que ahora te llevas a la boca, quizá recuerdes uno de aluminio cuyos bordes, fríos como los labios de un cadáver, sabían a electricidad.
A partir de cierta edad, las palabras son como las teclas de un ordenador; las pronuncias con la punta de la lengua o las golpeas con la yema de los dedos, da lo mismo, y aparece en la pantalla de la memoria un directorio de colchas, de relojes, de pasillos o de vasos, que son los diferentes pedazos de tu biografía. Cuando todos esos directorios se confunden bajo el misterioso código organizador del Alzheimer, estás listo.
Espero que les guste. Saludos.
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6 comentarios:
Este fragmento está muy bueno, Melba. Procuraré leer más de este autor gracias a tu enlace.
Un abrazo en el nuevo año. Espero que sigas compartiendo con nosotros tanta variedad de asuntos como en el pasado.
Melba: Entré a la página de Juan José Millás y leí varios articuentos, son muy buenos
Gracias por el dato, y feliz 2008
Gracias, Melba, por traernos y acercarnos siempre a cosas, palabras, paisajes y personas...interesantes.
Me gusta mucho su blog y particularmente esta última entrada. Se de su blog porque usted dejó un mensaje en amorexia. Saludos
Interesante...yo tambien conoci a Millás de la mano de un amigo (Abel)...como son las cosas...sean sintonias, sincronias o empatias.
Saludos!
Este también es un autor favorito mío, sobre todo no sé si leíste El desórden de tu nombre. Es excelente.
Un beso Melbi. Te lo recomiendo.
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