Cuando éramos niños
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano la muerte lisa
y llana no existía.
Luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque era un océano la muerte
solamente una palabra.
Ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en los cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte de los otros.
Ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano la muerte lisa
y llana no existía.
Luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque era un océano la muerte
solamente una palabra.
Ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en los cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte de los otros.
Ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.
♥
6 comentarios:
Tremenda pero ineludible verdad. Por un momento pensé en incluir este poema en el post de Padrino de Funeral. Un afectuoso saludo
Hola!! Entraba para felicitarte por tu blog. Me parece interesantísimo. En cuanto pueda intentaré repasar todos los textos con tranquilidad.
Un fuerte saludo.
Me he encontrado tu blog y me parece un gran tributo a todo lo nicaragüense. Te felicito y te estaré leyendo. Saludos
Gracias, Orlando, por tu visita. Un poema muy adecuado para ese post, podés escribir una segunda parte e incluirlo. Salud♥s
Gracias, Josep. Reserva mucha tranquilidad y aquí te espero. Hasta lueg♥.
Hola, Zorro, yo también espero lo que deseas (¿o deseás?) para Nicaragua. Interesante tu blog. Gracias por la visita y el comentario. Salud♥s.
Melba, este poema es la cruda verdad pero muy triste. Yo quiero ser niña siempreeeee!
Amiga, todo mi apoyo para Nicaragua. Mis mejores deseos para ti y los tuyos.
Un abrazo fuerte.
Conchi
tu me presentaste a benedetti y sabes que me gusta.
yo sigo ahogandome en el océano
un beso indita !a la carga!
salud, solidaridad y suerte
javier madrid
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