Qué me importa ya el mundo
si he llegado por fin hasta tu casa, me has abierto la puerta
y está el fuego encendido,
qué me importa del mundo y de sus islas agraces,
de sus olas, de sus playas altivas,
qué me importa
de las noches eternas de Bagdad, de los balcones
colgados sobre el Sena y las cabañas del Nilo.
Dime tú qué países,
qué asombros,
qué armonías me pueden seducir si he contemplado el afecto y la belleza,
han pasado las lluvias y después
de tantos años tristes estabas tú esperándome.
No andaré más espacio que el que tus pies recorran,
no adoraré a otro dios
ni abrazaré otra fe que no presida el retablo de tus ojos:
el agua, el sol, la fronda de los árboles,
el antes y el después
serán contigo,
nada podrá turbar estos paisajes de agosto maduros de alegrías,
nadie sabrá esta música
ni el conjuro de duendes
ni el aroma de cisne que duele al abrazarnos.
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Vicente Martín Martín
España, 1945-2012
Imagen tomada de Internet.