Flor de sacuanjoche

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Flor de sacuanjoche-Flor nacional de Nicaragua

miércoles, 17 de noviembre de 2010

El cazador de mariposas.. Por Melba


No se sabía desde cuándo Ernesto tenía la obsesión por cazar mariposas. Algunos comentaban que ya a los diez años en cuanto salía de la escuela atravesaba el pueblo con su red y regresaba al ponerse el sol. Otros afirmaban que a sus doce años, habiendo él concluido la escuela primaria, había llegado al pueblo una jovencita de tez clara y pelo negro que lo había embrujado con su belleza. Quince días habían bastado para apasionarse. La joven se fue del pueblo y él, abandonando los estudios, inició la costumbre de perseguir y cazar mariposas. Al preguntársele, él dejaba con la palabra en la boca a sus interrogadores. Ni su atribulada madre lograba respuesta que explicase su extraña conducta.
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Un día de tantos a alguien se le ocurrió seguir sus pasos.. A partir de entonces corrió la noticia. El joven no salía a cazar mariposas. Él caminaba hasta el río y allí frente a un remanso se sentaba sobre una piedra. Gesticulaba, hablaba y reía... Nadando sin ropas en el remanso, la jovencita de tez clara y pelo negro también gesticulaba, hablaba y reía...


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Nota: La imagen fue tomada de internet.
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5 comentarios:

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Hola Melba:

Es un bello cuenta que hace respirar un aire puro.

recibe un beso des Valencia, a las 4,3o de la tarde.

Un abrazo, Montserrat

"La Su" dijo...

"La mariposa de tu alma la dejo a tu alcance", dice un tema hermoso de Los Nocheros, y vos nos dejás la mariposa de tus letras latiendo en nuestro sentir. Que belleza Melba!!!
Besos mi reina.

Juan Antonio dijo...

Hermoso cuento con muchas interrogantes. De todas formas él era feliz pasando las tardes con su amiga, aunque los demás no lo comprendieran.
Respecto a la respuesta sobre la historia de Escobar, lo conozco. Hay gente que no asume que el fútbol es un deporte, un juego, y se lo toman a vida o muerte.
Un abrazo.
Juan Antonio

Cristina Ortiz dijo...

Una manera maravillosa de pasar la tarde y ser feliz. Me encantó Melba

Orlando dijo...

Muy bonito cuento, me hizo recordar una vieja canción de Víctor Manuel. Un gran saludo