Un maestro zen vivía la forma más simple de vida en un pequeña cabaña al pie de una montaña. Una noche, mientras estaba fuera, un ladrón entró a hurtadillas a la cabaña sólo para encontrar que no había nada para robar. El maestro zen volvió y lo encontró. "Has hecho un largo camino para visitarme", le dijo al extraño, "y no deberías regresar con las manos vacías. Por favor, toma mis ropas de regalo." El ladrón estaba asombrado, pero tomó las ropas y escapó. El maestro se sentó desnudo, observando la luna. "Pobre hombre", murmuró. "Hubiera querido darle esta hermosa luna."
♥
17 comentarios:
Muy edificante, Melba, pero... el despego hacia lo material solo se soporta si hay un interior suficiente. Y eso.. eso es dificil de conseguir en una sociedad que te distrae deslumbrándote con luces de neón. Por eso, quizá, el maestro vivía solo y alejado del mundo: para no recibir estímulos perturbadores.
Un abrazo,
Victor.
Por mi tierra dicen algo así como "qué triste es de robar, pero más triste todavía es de pedir".
Un beso.
Hola, Tortu, muchas gracias por la visita y el comentario. Te envío una taza de chocolate virtual (pena que no pueda ser real)
Un abraz♥
Querido Víctor, tienes toda la razón. Sin embargo, me emocionó la lectura porque lamentablemente estamos tan inmersos en los mensajes de las luces de neón que nos olvidamos del valor de las bellezas naturales.
Un fuerte abraz♥ con mis mejores por el buen crecimiento y desarrollo de Theo.
Nota: Me decepcionó un poco no encontrar foto de su cumple-semana en su blog. :D
Hola Melba, yo me pregunto, en las actuales circunstancias de nuestro país, ¿cómo se podría interpretar lo que hizo el maestro zen?
es mas generoso el que da lo poco que posee, que el rico que da un porcentaje pequeño de sus riquezas, aún siendo mucho dinero
Saludos
Hola niña! me ha encantado la historia, qué fácil sería todo si pudieramos vivir como el protagonista con tan poco, yo con una estrella que ilumine mi camino me conformo, por pedir...un besote grande, Nat
Yo le hubiera golpeado a ese ratero maldito hasta matarlo, pero bueno, el riesgo es que el odio del ratero sea más eficaz y radical, y que por tus cosas materiales tu vida acabe triste y violentamente.
El Maestro sí que es rico. Él si que sabe aprovechar todos sus potenciales para disfrutar de lo que da la vida. Y, además, desprendido ya que hubiera querido regalar la luna.
Disculpa mi tardanza en pasarme. He estado un par de días con gente en casa y, luego, hasta hoy que hice un repaso, se me olvidó.
Ahora te quiero enlazar a mis otros blogs.
Gracias por tu presencia y me seguirás teniendo.
Buen cuento, Melba, que nos ayudará a reflexionar. Gracias por todo.
Conchi
Reflexión para tener en cuenta.. de todo se tiene que aprender..!
Te dejo un abrazoo grande!
Ah se me olvidaba.. decirte que mi blog no se actualiza con tu lista de blogger, no se muy bien porque, pero nunca actualiza. Te dejo un abrazoo grande!
Por algo es un maestro, ¿verdad?
Aun así, siempre le queda la luna.
Un beso. J.J.
Hola, Orlando.
"en las actuales circunstancias de nuestro país, ¿cómo se podría interpretar lo que hizo el maestro zen?"
La demostración del maestro fue de desprendimiento, muy lejos del egoísmo. Creo que en las actuales circunstancias de nuestro país hace mucha falta el desprendimiento ya que permea la corrupción en gran escala.
Salud♥s
Hola, Ulysses, Natalia, Humano666, Fonsilleda, Conchi, Beatriz y José Javier, muchas gracias por su visita y su comentario.
Salud♥s
Hacia ese ser, al que nadie le puede quitar nada, porque todo lo valioso que posee esta en su propio interior, es a lo que aspiramos los mortales con algo de sentimiento llegar a imitar.... DIFICIL CAMINO.... EL QUE NOS INDICA EL MAESTRO ZEN, MERECE LA PENA COMENZARLO...¿COMO LO HAREMOS?
HOLA MELBA
LO ESPIRITUAL Y LO ROMANTICO HAY VECES QUE SE DAN LA MANO
UN BESO INDITA
ENCANTADISIMO DE HABER ENTRADO, SIENTO NO HABERLO HECHO MAS A MENUDO...YA SABES, MENUDA PANZADA ME HE DADO, PERO GUSTOSO
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